Autora: Gladys Milena Vargas Beltrán

El enfoque de la Enseñanza para la Comprensión fue desarrollado por los expertos de la Escuela de Postgrados de la Universidad de Harvard en la década de los ochenta, dentro del marco de actividades del Proyecto Zero. Los precursores de este enfoque fueron Vito Perrone, Howard Gardner y David Perkins quienes trabajaron en torno a la importancia de enseñar a los estudiantes las formas para comprender y ahondar en el conocimiento.
Para estos expertos “comprender es la habilidad de pensar y actuar con flexibilidad a partir de lo que uno saber” (Stone, 1999). Cuando una persona comprende es capaz por ejemplo de ir más allá de aprenderse las tablas de multiplicar, la persona efectivamente supera ese contenido conceptual y puede actuar flexiblemente con eso que sabe en situaciones nuevas, improvisar y hacer diversos usos de las tablas de multiplicar en situaciones reales. Para lograr desarrollar la comprensión de los estudiantes en este enfoque será entonces necesario poner a los estudiantes a aplicar lo que saben en un juego, resolviendo un problema, defendiendo sus ideas o creando un producto (Stone, 1999).
De acuerdo con las investigaciones del Proyecto Zero, las personas reconocen que comprenden algo cuando desarrollan desempeños en los que aplican a aquello que saben realmente. Esto se evidencia incluso en los aportes de Piaget cuando lograba determinar la comprensión al hacer que los niños hicieran diversas tareas como organizar objetos del más largo al más corto, clasificar figuras o desarrollar ejercicios de seriación, por ejemplo. Así mismo, esto aplica en las clases de física cuando en vez de hacer que los estudiantes aprendan la relación entre velocidad y tiempo a través de una memorización de la misma, los estudiantes la comprenden partiendo de un ejercicio en el que se analiza el movimiento de diversos vehículos como carros, bicicletas y trenes. Entonces hablamos de comprensión cuando sabemos que las personas son capaces de actuar partiendo de desempeños flexibles cuando aplican lo que saben y no solamente lo memorizan y/o repiten sin entender, pues estas dos últimas, a pesar de ser acciones importantes a nivel cognitivo, no implican llegar a la comprensión. (Vargas, 2021)
Para que el enfoque se desarrolle de manera efectiva en el aula debemos partir de varios principios claros (Stone, 1999):
- Es vital lograr involucrar a los estudiantes en los desempeños de comprensión, conectando lo que ya saben con lo nuevo, llevándolos a crear metas de comprensión para que ellos mismos determinen que van a comprender, mostrándoles la conexión entre lo que están aprendiendo y sus vivencias, historia y los aprendizajes significativos que hacen parte de su estructura cognitiva. De esta forma los estudiantes generan desempeños flexibles que implican un compromiso reflexivo que los conduce a la comprensión.
- La conexión de los saberes es vital pues sin traer al juego los saberes previos y sin conectarlos con los saberes nuevos es difícil lograr que se generen nuevas comprensiones y desempeños flexibles. Además de ello es necesario generar mediaciones didácticas efectivas en las que el docente brinde fundamentos mediante espacios de exposición y explicación del experto, en torno al conocimiento para fortalecer la comprensión de los estudiantes.
- Comprender implica involucrarse en desempeños cada vez más complejos y variados, que conduzcan al estudiante a poner en juego nuevas habilidades y a enriquecer sus desempeños de manera flexible.
- Comprender siempre va a implicar conflictos entre las imágenes y conceptos más antiguos y los nuevos, pues a veces puede haber concepciones previas erradas que deben trabajarse para darle paso a las nuevas comprensiones.
En este sentido la Enseñanza para la Comprensión va más allá de las prácticas tradicionales y apunta a que los estudiantes comprendan y lo hagan a través de desempeños flexibles que les permita acceder a conocimientos cada vez más complejos y variados.
Wiske, M. S. (1999). Enseñanza Para La Comprensión, La. Paidós.