Autora: Gladys Milena Vargas Beltrán

La evaluación diagnóstica permite analizar cómo vienen nuestros estudiantes, determinar sus expectativas, intereses, temores, dificultades, experiencias previas, fortalezas, potencialidades, habilidades, destrezas. Así mismo, con la evaluación diagnóstica podemos detectar aquellos saberes errados, los vacíos conceptuales y procedimentales, así como los aspectos que pautarán planes de refuerzo y acompañamiento inicial para quienes presentan dificultades.
El aprendizaje asociativo indica que “cada nueva conducta o conocimiento del sujeto, se basa en el desplazamiento o en la sustitución de otro conocimiento previamente adquirido” (1987).
Por su parte, el aprendizaje constructivo, explica que “los seres humanos cambiamos lo que hacemos cuando aprendemos algo nuevo, no debido a procesos de asociación y acumulación, sino por reorganización de las conductas o del conocimiento. Desde esta perspectiva, no habría una sustitución sino una integración de los aprendizajes previos a los aprendizajes nuevos, constituyéndose una nueva estructura de conocimiento”.
La evaluación diagnóstica permite a los docentes comprender estos elementos del aprendizaje asociativo y constructivo, partiendo de la importancia del análisis de los aprendizajes previos de los estudiantes al comenzar un proceso formación. Se pueden desarrollar procesos de evaluación formativa a través de técnicas como el debate, la discusión acerca de problemáticas de la cotidianidad, video-foros, técnicas de trabajo en equipo como la pecera, el Phillips 6-6, ejercicios como los sociodramas, retos y misiones, el análisis de casos y la resolución de problemas.
Referencia
de Cols, S. A., & Avolio de Cols, S. (1987). Evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje. Marymar.