El diagnóstico del currículo paso a paso

Autora: Gladys Milena Vargas Beltrán

Todo proceso de reestructuración de la propuesta curricular de una institución educativa requiere de un ejercicio de evaluación inicial en el que se diagnostica la realidad del currículo formal, real, oculto y nulo; la comprensión del mismo por parte de los actores de la comunidad educativa y la lectura de las interacciones entre los componentes curriculares en los niveles de concreción del currículo.

Para poder hacerlo, es necesario comenzar por un estado del arte de los estudios en torno al currículo, recopilarlos y organizarlos para fundamentarse y trabajar con el comité curricular, para comprender y conceptualizar el currículo, sus componentes, las investigaciones hechas en instituciones educativas, los antecedentes históricos del currículo y las bases para poder implementarlo en una institución educativa. Para ello, habrá que reunirse y trabajar en equipos de estudio dentro del comité curricular para entender las posiciones de los expertos, las diversas tendencias del currículo y las posturas teórico – prácticas que podemos adaptar a nuestro contexto. Este momento es fundamental por cuanto se requiere que el comité curricular en pleno, comprenda los elementos que configuran al currículo para poder trabajar en torno a él y acondicionarse para entender a fondo los componentes que pueden aplicarse a su institución educativa, así como para configurar un diseño curricular único que de verdad sea pertinente y funcional, atendiendo a las necesidades del entorno y sobre los fundamentos de quienes han trabajado como expertos a lo largo de la historia.

Luego de ello, hay que realizar una lectura del contexto, sus necesidades, el impacto del currículo en su forma actual, los resultados de este en la calidad de las prácticas pedagógicas y los aprendizajes de los estudiantes. La lectura de la realidad permite entender las expectativas de la comunidad, las demandas de los sectores sociales y productivos, las implicaciones de la formación de los estudiantes en cuanto a su actuación en situaciones de la vida que impliquen una formación integral, el desarrollo de competencias y su capacidad para resolver situaciones en las que debe aplicar lo que sabe y lo que sabe hacer con lo que sabe. Este estudio implica conocer también la percepción local de las necesidades, los grupos locales, las organizaciones existentes a nivel no gubernamental, las redes sociales y en general, todos los aspectos que caracterizan a todos los miembros de la comunidad educativa.

Este estudio de contexto se complementa con una exploración profunda de los actores de la comunidad educativa: estudiantes, docentes, padres de familia, lideres de las comunidades, directivos docentes, personal administrativo y de servicios. Implica una mirada detallada de sus expectativas, necesidades, inquietudes, formas de vida, niveles de formación, aspectos de índole cultural, económico, su idiosincrasia, el manejo de las relaciones en el hogar, los tipos de hogares, las interacciones que existen dentro de la familia, entre la familia y la escuela, entre los estudiantes y docentes, así como elementos de tipo socioemocional, en la salud, entre otros, que puedan incidir en los procesos formativos de los estudiantes.

Esta exploración inicial, permitirá entender las dinámicas existentes en la comunidad educativa y trabajar en las bases de la propuesta curricular atendiendo a sus características socioeconómicas, antropológicas, ideológicas, culturales, filosóficas, geográficas, educativas, laborales, apuntando a un perfil pertinente de egreso, que realmente impacte a su comunidad y la transforme para avanzar y mejorar día con día.

Este diagnóstico debe incluir un estudio detallado acerca del currículo macro existente, cuáles son las políticas institucionales y su cohesión con los elementos que he descrito en los párrafos anteriores, cuál es la relación entre las políticas institucionales y las políticas públicas del país, qué relación hay entre este nivel macrocurricular propuesto y los niveles meso y microcurriculares.

Se debe analizar también el nivel macrocurricular: el plan de estudios, los proyectos de las áreas, las mallas curriculares, si existen mapas curriculares que desplieguen los componentes de formación de acuerdo con la concepción curricular que se abordará, en nuestro caso el currículo por competencias. Habrá que estudiar las interacciones entre las áreas, los proyectos transversales, las competencias definidas para el perfil de egreso y sus componentes. Así mismo, hay que determinar las relaciones entre las políticas públicas y corporativas con estos componentes mesocurriculares.

Luego, hay que explorar a profundidad, el nivel de concreción microcurricular. Determinar cómo los componentes mesocurriculares, arriba mencionados, se relacionan con los componentes del microcurrículo; los planes de estudio y las mallas con los programas de asignatura, los planes de clase, las unidades didácticas, las secuencias curriculares de las unidades, las estrategias y sus actividades de enseñanza y de aprendizaje, así como los procesos de evaluación diagnóstica, continua y sumativa.

Este análisis, permite determinar las interacciones entre los diferentes componentes curriculares en los niveles de concreción del currículo de la institución y permitirá observar claramente los problemas existentes y los planes de acción que llevaremos a cabo para solucionarlos. Permitirá entender qué tenemos y qué de ello, nos sirve para emprender la reestructuración del currículo en la institución educativa.

Para poder desarrollar este estudio, debemos diseñar instrumentos y técnicas que permitan recoger la información, de la manera más clara y fidedigna de parte de los actores y de los documentos existentes. Para ello, podemos, atendiendo a todo lo anteriormente dicho, acudir en primer lugar a la exploración bibliográfica de expertos, luego a la aplicación de técnicas de exploración de información con los actores como el grupo focal, la cartografía, la entrevista, la encuesta. También al estudio de documentos del currículo como el proyecto educativo institucional, los planes de estudio, las mallas curriculares, los proyectos de área, los planes de clase, las pruebas, exámenes y todo tipo de registros de evaluación del aprendizaje. Para registrar la información recolectada se pueden diseñar matrices que permitan visualizar los componentes curriculares, las necesidades, los problemas y las posibles vías de solución.

Luego de ello, el comité curricular deberá generar procesos de organización, análisis y reflexión en torno a todo el diagnóstico y consignar todo en un documento de diagnóstico curricular que, el comité curricular debe publicar a la comunidad educativa.

Este diagnóstico debe conducir a la estructuración de un plan de acción, que paso a paso permita reestructurar el diseño curricular de nuestra institución educativa.

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